UN GURÚ LLAMADO CÁNCER

sábado, 21 de marzo de 2009


La Loca Y Sexy Historia De Una Sobreviviente


Como actriz y fotógrafa en Nueva York, Kris Carr estaba más que acostumbrada a estar frente a las cámaras. Por eso cuando en el Día de San Valentín del 2003, a los 31 años, le diagnosticaron un extraño e incurable cáncer en los vasos sanguíneos, en vez de ir a casa a esperar su muerte, optó por explotar su creatividad y hacer un documental sobre su búsqueda por métodos alternativos para lidiar con su enfermedad. Su película, “Crazy Sexy Cancer”, mezcla humor, valentía y franqueza, en esta guía sobre cómo uno puede tomar las riendas de su propia salud, incluso cuando todo está en su contra. Carr también ha publicado dos libros (Crazy Sexy Cancer Tips, y Crazy Sexy Cancer Survivor), tiene una página web sobre estilo de vida saludable (www.crazysexycancer.com), y ha transformado su vida por completo.

5 años después de su diagnóstico, y ahora con 35 años, no está sólo viva sino mejor que nunca. Carr dice que para ella el cáncer no es una batalla, pues no está peleando contra él sino creciendo gracias a él. Siente que cuando decidió filmar la aventura de cómo salvarse a sí misma del miedo y la desesperación, tomó el timón de su vida en vez de darle todo el control a los doctores. Ella llama al cáncer su “gurú”, porque fue lo que motivó los cambios radicales en su estilo de vida, necesarios para preservar su salud y su futuro. “Aprendí que si vas a esperar a que alguien más te cuide, es mejor que vayas haciendo tus maletas pues no durarás mucho aquí.”

Cuenta que cuando se enteró de su enfermedad, lo único que sabía que podía controlar al 100% era lo que se metía a la boca, así que el mismo día que recibió el diagnóstico cambió su dieta por completo a una macrobiótica, basada en alimentos crudos y sin ningún producto animal. “Cuando pienso en llevar una vida balanceada, me imagino una silla. La dieta es el asiento de la silla, lo más grande y más importante para sostenerme. Mi mejor amigo ahora es mi estractor de jugos.” Su lema es “Make Juice, Not War” (Haz Jugo, No Guerra), y parte de su terapia incluye también bailar una canción diaria, clases de yoga, y una práctica regular de meditación.

Carr llama a los pacientes de cáncer “los afortunados”, ya que reciben un aviso muy poco sutil de que sus vidas están en desbalance, y esto les da una abrupta oportunidad para hacer cambios positivos que los beneficien tanto a ellos como a las personas “saludables” a su alrededor. En su opinión, la mayoría de gente está lidiando con un cáncer. Este cáncer puede ser la depresión, una baja autoestima, o abuso en el hogar. Lo que intenta con su película, libros y página web, es que la gente vea que esas “enfermedades” pueden servir como catalizadoras de una revolución personal si se les permite.

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